- Es una adaptación del mítico concurso de Chicho Ibáñez Serrador
- Mantiene las capacidades cognitivas y físicas de enfermos de Alzheimer
José Luis Cabrero | Zamora
Actualizado lunes 19/12/2011 10:49 horas
Quién le iba a decir a Chicho Ibáñez Serrador en 1972 cuando se sacó de la chistera su mítico 'Un, dos, tres... responda otra vez', que estaba en esos momentos diseñando las líneas maestras de un innovador programa terapéutico capaz de frenar el avance de una enfermedad tan cruel como la de Alzheimer. Tampoco se imaginaba entonces que una buena parte de los espectadores de antaño serían ahora, 40 años después, pacientes de su programa.
Lo cierto es que el 'Un, dos, tres' de Chicho se ha convertido, gracias al trabajo de los terapeutas de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer de Zamora, en una herramienta muy útil, capaz de mantener las capacidades cognitivas y funcionales de las personas afectadas por esta enfermedad. La adaptación del concurso televisivo, bautizada como 'Un, dos, tres... a recordar esta vez', ha recibido ya el espaldarazo del Centro de Referencia Estatal para la enfermedad de Alzheimer de Salamanca, que la ha adoptado como terapia no farmacológica para sus pacientes.
En realidad, la idea de readaptar el concurso surgió como otros inventos, "casi por casualidad", explica Manuel Figueruelo, director de AFA Zamora. "Estaba ahí, delante de nosotros, sólo tuvimos que darle forma y comprobar científicamente su utilidad".
Resulta curioso, pero muchos pacientes no recuerdan casi su nombre, ni saben lo que hicieron el día anterior, pero no tienen ninguna dificultad para rememorar la fase de las preguntas, la eliminatoria y la subasta. Todos recuerdan con pasmosa facilidad la estética del programa, así que en el atrezzo de la terapia no faltan las gafas de pasta negra sin cristales, ni las bandas de colores para las parejas participantes.
La aparente sencillez de la terapia no debe llevar a engaño. En realidad, la readaptación del concurso ha tenido una gran complejidad que ha requerido más de cinco años de trabajo hasta dar con las preguntas y las pruebas ajustadas al nivel de afectación de los diferentes pacientes. En estos años, además, se han pulido algunos defectos de la idea original, como es la presencia de la calabaza, que en este caso ha desaparecido por ser un estímulo negativo y descorazonador para los pacientes. También han desaparecido los ceros que se llevaban las parejas menos capaces en la fase de las preguntas. «Lo hemos sustituido por un redondo, para hacerlo menos agresivo», señala Manuel Figueruelo.
Por descontado, los que peor estaban al final del proceso eran los enfermos que no habían asistido a terapia, pero también había una sustancial diferencia entre los pacientes que había asistido a las sesiones con el 'Un, dos, tres' y las que no. "Los beneficios son evidentes a todos los niveles, empezando por el físico, pasando por el cognitivo y acabando en el de la conducta", dice Rodríguez.
Evidentemente, los responsables del programa, que ahora están promocionando entre el resto de centros dedicados al cuidado del Alzheimer del país, son conscientes de los limitados efectos de la terapia, pero se muestran satisfechos con la mejora en la calidad de vida que introduce en la existencia de estos pacientes. "Frena el avance de la enfermedad y durante las sesiones son increíblemente felices, así que sólo esos dos aspectos hacen que ya sea rentable el esfuerzo realizado estos años", dice María Rodríguez.
Este nuevo concurso debe merecer la pena, por lo menos, eso piensa su creador, Chicho Ibáñez Serrador, que ha cedido los derechos de su genial creación a AFA Zamora para que la utilicen en este nuevo 'Un, dos, tres...'.
Lo cierto es que el 'Un, dos, tres' de Chicho se ha convertido, gracias al trabajo de los terapeutas de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer de Zamora, en una herramienta muy útil, capaz de mantener las capacidades cognitivas y funcionales de las personas afectadas por esta enfermedad. La adaptación del concurso televisivo, bautizada como 'Un, dos, tres... a recordar esta vez', ha recibido ya el espaldarazo del Centro de Referencia Estatal para la enfermedad de Alzheimer de Salamanca, que la ha adoptado como terapia no farmacológica para sus pacientes.
En realidad, la idea de readaptar el concurso surgió como otros inventos, "casi por casualidad", explica Manuel Figueruelo, director de AFA Zamora. "Estaba ahí, delante de nosotros, sólo tuvimos que darle forma y comprobar científicamente su utilidad".
Todos recuerdan a la Ruperta
Los motivos para elegir el programa de Ibáñez Serrador como referencia en la terapia son muchos. "Todos los pacientes recuerdan perfectamente tanto el concurso como su dinámica, así que no hay que explicarles nada", destaca María Rodríguez, psicóloga de AFA Zamora.Resulta curioso, pero muchos pacientes no recuerdan casi su nombre, ni saben lo que hicieron el día anterior, pero no tienen ninguna dificultad para rememorar la fase de las preguntas, la eliminatoria y la subasta. Todos recuerdan con pasmosa facilidad la estética del programa, así que en el atrezzo de la terapia no faltan las gafas de pasta negra sin cristales, ni las bandas de colores para las parejas participantes.
La aparente sencillez de la terapia no debe llevar a engaño. En realidad, la readaptación del concurso ha tenido una gran complejidad que ha requerido más de cinco años de trabajo hasta dar con las preguntas y las pruebas ajustadas al nivel de afectación de los diferentes pacientes. En estos años, además, se han pulido algunos defectos de la idea original, como es la presencia de la calabaza, que en este caso ha desaparecido por ser un estímulo negativo y descorazonador para los pacientes. También han desaparecido los ceros que se llevaban las parejas menos capaces en la fase de las preguntas. «Lo hemos sustituido por un redondo, para hacerlo menos agresivo», señala Manuel Figueruelo.
Beneficios claros
La utilidad del 'Un, dos, tres... a recordar esta vez' como terapia no farmacológica está probada de forma científica. El concurso no cura la enfermedad, pero los test realizados en estos años demuestran que "obtiene resultados mucho mejores que las terapias convencionales", subraya Manuel Figueruelo. Para llegar a esta conclusión, los terapeutas de AFA Zamora realizaron durante años un seguimiento de la evolución experimentada por tres grupos de enfermos. Uno estaba sometido a terapias convencionales, otro trabajó con el 'Un, dos, tres', y un tercero no recibió ningún tipo de tratamiento no farmacológico. Las diferencias en el estado de los pacientes fue "abrumadora", recuerda Manuel Figueruelo.Por descontado, los que peor estaban al final del proceso eran los enfermos que no habían asistido a terapia, pero también había una sustancial diferencia entre los pacientes que había asistido a las sesiones con el 'Un, dos, tres' y las que no. "Los beneficios son evidentes a todos los niveles, empezando por el físico, pasando por el cognitivo y acabando en el de la conducta", dice Rodríguez.
Evidentemente, los responsables del programa, que ahora están promocionando entre el resto de centros dedicados al cuidado del Alzheimer del país, son conscientes de los limitados efectos de la terapia, pero se muestran satisfechos con la mejora en la calidad de vida que introduce en la existencia de estos pacientes. "Frena el avance de la enfermedad y durante las sesiones son increíblemente felices, así que sólo esos dos aspectos hacen que ya sea rentable el esfuerzo realizado estos años", dice María Rodríguez.
Este nuevo concurso debe merecer la pena, por lo menos, eso piensa su creador, Chicho Ibáñez Serrador, que ha cedido los derechos de su genial creación a AFA Zamora para que la utilicen en este nuevo 'Un, dos, tres...'.
fuente http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/19/castillayleon/1324288144.html
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