miércoles, 11 de abril de 2012

EL ALZHEIMER Y LA INCONTINENCIA URINARIA

  • Un elevado número de pacientes con Alzheimer, entre el 60 y el 80%, presentan pérdidas involuntarias de orina.

  • Consejeros Agrupados de Comunicación - 15/12/2011


  • Se calcula que en 2020, la población mundial mayor de 65 años alcanzará entre el 20 y el 25% y las demencias las padecerán entre el 5 y el 10% de esta población
    Madrid, 15 de diciembre del 2011

    La enfermedad de Alzheimer (EA) se ha convertido en uno de los problemas de nuestra sociedad. Es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta clínicamente por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales (receptivas, expresivas, de pensamiento, aprendizaje y razón).

    A medida que progresa la enfermedad, aparecen diversas alteraciones como; confusión mental, irritabilidad, agresividad, cambios del humor, trastornos del lenguaje, problemas de orientación, solución de problemas, conversaciones complejas, pudor y una predisposición a aislarse a medida que los sentidos del paciente declinan.

    Incontinencia Urinaria y Alzheimer
    Pero, además de estas alteraciones secundarias al deterioro cognitivo, un elevado porcentaje de pacientes con Alzheimer (entre el 60 y el 80%), presentan pérdidas involuntarias de orina, lo que supone un problema de salud, que repercute, no solo en la calidad de vida de los Pacientes, sino que además, en un gran número de casos, el ingreso en residencias de la tercera edad, o la necesidad de contratar un servicio en el domicilio acorde con la situación.

    Por esta razón, y para paliar esta situación adquirida, es preciso que se le pauten absorbentes de incontinencia adecuados al tipo de incontinencia y a su perfil como Paciente. Además, deben respetarse las rutinas de cambio y colocación de los productos, para evitar así potenciales problemas dermatológicos (dermatitis, irritación, prurito y eritema) e infecciones (bacterianas, micóticas, urinarias y vaginales).

    Como evitar esta enfermedad
    El doctor Francisco José Brenes Bermúdez, médico de familia CAP Llefià, Badalona y miembro permanente del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI) ha desgranado un metaanálisis publicado recientemente en la revista The Lancet Neurology (Barnes DE, Yaffe K. The projected effect of risk factor reduction on Alzheimer's disease prevalence. The Lancet Neurology, Early Online Publication, 19 July 2011)

    En este estudio se evalúan diversos factores modificables para evitar la enfermedad de Alzheimer. Entre éstos se encuentran los factores de riesgo cardiovascular como (hipertensión, diabetes y obesidad), factores psicosociales como la depresión y conductas de salud como bajo nivel de actividad física o mental y el consumo de tabaco. Sin olvidar, los factores hormonales y deficitarios (tiroideos, vitamínicos del grupo B, de ácido fólico); tóxicos, por drogas y toxicomanías, por abuso de fármacos y alcohol.
    Los autores citan múltiples estudios que relacionan el riesgo relativo de estas patologías con la demencia y más concretamente con la EA. Constatan, sin embargo, que existen pocos estudios controlados que evalúen, no sólo la relación sino también el efecto que tienen, el control y la modificación de los factores de riesgo en el desarrollo de la EA. Hay que tener en cuenta, que el inicio del padecimiento se encuentra, en algunos casos, hasta veinte años atrás, sin posibilidad diagnóstica o de sospecha.

    Para cada uno de estos factores de riesgo, los autores realizaron búsquedas entre los años 2005-2010 y, tras un análisis exhaustivo, estiman que más de la mitad de los casos de EA en todo el mundo y EEUU, se pueden atribuir a siete factores de riesgo. Todos ellos potencialmente modificables.

    Calculan, igualmente, que si se consiguiera bajar la prevalencia de estos siete factores en un 10%, disminuirían los casos de EA mundialmente en 1,1 millones y en EEUU en unos 184.000 casos. Si esta disminución en la prevalencia de estos siete factores fuera del 25%, bajarían en más de 3.000.000 de casos en el mundo y en 492.000 en EEUU.

    Conclusiones
    Partiendo de todo esto, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta:

    • Un nivel bajo de educación facilita la aparición de EA. Por lo que éste debe ser un tema primordial a nivel mundial en la lucha contra la EA. Mediante un mayor nivel de educación y estimulación mental se podría construir una reserva cognitiva que permitiría a las personas seguir con una función cognitiva normal a pesar de los cambios neurodegenerativas que aparecen con la edad.

    • La actividad física tiene beneficios directos sobre la estructura y función del cerebro en los animales y humanos. Caminar un mínimo de 9 Kilómetros a la semana protege la actividad cerebral y conserva la memoria en individuos añosos (Revista Neurology).

    • El estrés intenso debilita claramente la memoria y el postraumático dobla las posibilidades de demencia a partir de los 75 años.

    • El tabaquismo se considera la segunda causa modificable de EA en todo el mundo.



    • La depresión (es aconsejable un diagnóstico temprano) se asocia a una mayor probabilidad de EA, aunque su mecanismo no es por afectación vascular, se asocia con alteraciones relacionadas con el estrés, las hormonas, los niveles más bajos de factores de crecimiento neuronal y reducción del hipocampo.

    • Control de la obesidad y de la hipertensión arterial sobre todo en las edades medias de la vida y un buen control de las niveles de glucosa en diabéticos.

    Gran desconocida
    Pese a todos estos factores analizados, la causa de la EA sigue siendo la gran desconocida. Los tratamientos actuales ofrecen moderados beneficios sintomáticos, pero no hay un tratamiento que retarde o detenga la progresión de la enfermedad.

    Se calcula que en el año 2020, la proporción de personas mayores de 65 años alcanzará entre el 20 y el 25 % del total de la población. Las demencias las padecen del 5 al 10% de esta población. Cifra que se eleva entre el 20 y el 50% en mayores de 85 años.

    El tipo de demencia más frecuente en España es la EA, que afecta a 800.000 personas, aunque se estima que más del 60% de los pacientes no está diagnosticado. En EE.UU 2.530.000 personas padecen EA y en los próximos 40 años se prevé que se triplique la prevalencia debido a los cambios demográficos y a las expectativas de vida más larga de la población. Es la quinta causa de muerte en los Estados Unidos.

    La EA es una patología que precisa un cuidado integro, con una gran dedicación y esfuerzo, requiriendo la ayuda de un cuidador para que las personas con EA puedan desarrollar las diversas tareas básicas de la vida diaria: domésticas, resolución de actividades instrumentales, higiene, visitas médicas y la supervisión de la medicación, cambios de absorbentes, paseos al aire libre, horario de comidas, método y cronología de todo ello, conversaciones sencillas, etc.


    fuente http://www.acceso.com/es_ES/notas-de-prensa/el-alzheimer-y-la-incontinencia-urinaria/79930/


    Nota: pueden tomar la información que deseen  pero solicitamos a quienes nos visitan  colocar siempre el nombre de su autor y/o la fuente de donde ha sido tomado, respetemos para que nos respeten.
    Raquel Demorizi

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