domingo, 15 de julio de 2012

Cómo enseñar a los niños a hacer ejercicios con su abuelo que tiene alzheimer

Cómo enseñar a los más pequeños a hacer ejercicios con su abuelo que padece alzheimer es el objetivo de la guía que hoy se ha presentado en el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias (CREA) con sede en Salamanca.

La publicación "El alzheimer desde la visión de un niño" pretende, según ha explicado a los periodistas la responsable de la área de Información, Documentación e Investigación del CREA, Elena González Ingelmo, que los más pequeños sepan qué es esta enfermedad.
"Esta guía es muy importante porque las personas mayores son las que en muchas ocasiones están cuidando de los más pequeños" y éstos "son los que se dan cuenta de que su abuelo le pregunta dos veces una misma cosa o se olvida de las llaves".

En palabras de González Ingelmo, a los niños hay que decirles, y así se recoge en la publicación, que el cerebro es "más que un ordenador y que existen neuronas", y además deben saber "cómo debe tratar a su abuelo y cómo hacer ejercicios con él".
Todo el material, que está colgado en la web del centro, es "muy interactivo y divulgativo", con el contenido dividido en cinco apartados: "un breve cuento, ¿qué le pasa a mi abuelo/a?, ¿cómo puedo ayudarlos?, jugando con el abuelo/a, y así los veo yo".

Además de esta guía, el CREA ha dado a conocer los proyectos
realizados desde su entrada en funcionamiento -hace ahora cuatro años- en torno a la estimulación cognitiva a través de las nuevas tecnologías.

Ordenadores, teléfonos móviles o pantallas táctiles son algunas de las herramientas empleadas para que los enfermos y sus familiares puedan hacer terapias, con el asesoramiento de un terapeuta, sin tener que desplazarse a un centro especializado.

A juicio de González Ingelmo, todas estos desarrollos informáticos están haciendo, aunque aún no hay datos estadísticos, que "el proceso de deterioro del alzheimer se haga más lento".
"No tenemos nada que cure, ni existe la pastilla mágica -ha subrayado-, pero lo que sí sabemos es que las terapias no farmacológicas como las empleadas en CREA están haciendo que se demore el avance de la demencia".

Así, ha puesto como ejemplo, que algunos enfermos que llegan en silla de ruedas al Centro de Referencia, a los dos meses de estancia en las instalaciones están caminando "y no es que hayamos hecho un milagro, sino que antes no se les había estimulado".
La utilización de las nuevas tecnologías permitirá asimismo desarrollar herramientas para que los pacientes se puedan comunicar e interactuar con sus familiares a través de la red e incluso "jugar con ellos sin tener que estar en el mismo espacio físico", ha reflexionado.
Entre los proyectos que se han dado a conocer se incluye el presentado por la empresa asturiana Prometeo Innovations dedicada al desarrollo de sistemas tecnológicos y que, según su director Moisés González, pretende que la terapia a un enfermo de alzheimer "pueda realizarse en remoto a través de herramientas basadas en web".

El paciente "accede a la terapia que le pone el profesional", que "no es sustitutiva de la que se hace de forma presencial, pero sí complementaria".

Fuente: abc.es

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Grandes avances para el Alzheimer

Científicos Españoles, están estudiando la procedencia de el Alzheimer a partir de mapas microscópicos computarizados, esto es que se puede obtener información genética y molecular así como recrear simulaciones 3D de esta cruel enfermedad que permitirá conocer su origen y probar diferentes medicamentos.
“El primer paso es el desarrollo de herramientas computacionales para crear un banco de datos con información clínica, epidemiológica, funcional de neuroimagen y morfológica, por medio de sistemas de información integrados”, detalló De Felipe quien es director de el estudio a cargo de el Consejo Superior de las Investigaciones Científicas.

Esta investigación esta basada en tres pilares: circuitos, computación y cognición, se han de emplear para este estudio una Cueva de realidad virtual de cinco caras, lo que permitirá reproducir completamente la enfermedad de forma simulada, de esta manera sera posible entrar a zonas del cerebro afectadas por el alzheimer, así como las zonas sanas, pudiendo reconstruir las sinapsis neuronales y conocer su fuerza, ya que esta enfermedad lo que afecta es la conexión entre neuronas.
Sin dudas esta técnica, sera uno de los mayores pasos que se han realizado en vías de conocer mas y poder prevenir o tratar en sus primeros estadios esta enfermedad que deteriora al ser humano

fuente http://www.elalzheimer.net/grandes-avances-para-el-alzheimer/39

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El dolor por la muerte de un ser querido es un proceso natural

El duelo se supera cuando las piezas de la vida vuelven a encajar | El vacío que crea quien muere es único y no funciona llenarlo con otra presencia

El duelo es sufrimiento y dolor. Por muchas teorías que se hayan escrito sistematizando las etapas por las que pasa una persona a la hora de enfrentarse y aceptar la ausencia de un ser querido, cada vivencia es única porque el vacío que deja el otro es personal e intransferible. Esto no significa que reflexionar sobre la muerte o de cómo afrontar una enfermedad y el duelo que conlleva sea una tarea inútil. Es una forma de entender que la muerte forma parte de la vida, de la vida de todos, y que sentir dolor es algo natural que hay que dejar fluir.

El doctor en Filosofía y Teología Francesc Torralba, la neuróloga Mercè Boada y la psicooncóloga Eva Juan hablaron largo y tendido sobre ello hace quince días en unas jornadas organizadas por Serveis Funeraris Integrals (SFI) dirigidas a los profesionales que conviven a diario con la enfermedad y la muerte. Y entendiendo que el duelo no sólo empieza cuando ha acabado la vida, sino que es un proceso que también se afronta cuando hay un proceso de pérdida de salud.
Pese a la densidad y la dureza del debate, el hilo de todas las intervenciones fue vitalista. Se trataba de explicar el tránsito que, en palabras de Torralba, parte de la evidencia del "no estará más aquí" a comprender el rastro que el que se va ha dejado en el otro. "Hay que saber ver cómo quien se va ya forma parte de nuestra identidad, que hay mucho de él en mí –todo lo que me ha dado– y que está en el corazón", explicó.

El duelo, señala el doctor en Psiquiatría José Ángel Bueno, es un hecho natural y como tal hay que permitir que quien se enfrenta a él lo desarrolle a su manera y lo digiera solo, lo que no excluye contar con el apoyo del entorno y, sobre todo, de la "solidaridad emocional" de la familia. Pero cada ser humano vive estas situaciones de forma individual, dependiendo de su personalidad, de su cultura y, claro está, de la significación emocional de la carencia. Para Bueno, la mejor pauta para saber si se ha superado esta etapa es cuando la persona consigue volver a una cierta funcionalidad, cuando las piezas vuelven a encajar.

Se trata, señala Torralba, de que la ausencia no excluya cualquier otra presencia, de evitar encerrarse en un mundo cada vez más asfixiante que barra el paso a nuevas posibilidades pero teniendo en cuenta que el ausente es único, el vacío es único y no se puede buscar otra presencia que lo sustituya: "Nunca encajará y no es saludable". También en términos vitalistas reflexiona Cecília Cortacans, religiosa de las misioneras de Nazaret que imparte cursos sobre cómo explicar la muerte a los niños: "Quien no siente dolor es desgraciado, porque nunca conseguirá ser una persona del todo".

Hablar de duelo no es sólo hacerlo cuando una persona se muere, sino que se plantea también cuando alguien se enfrenta a una enfermedad como puede ser un cáncer o el alzheimer. Para la psicooncóloga Eva Juan, responsable de esta área en el hospital de Sant Pau, la enfermedad facilita una reflexión sobre la vida, el poder poner en orden "los duelos" que no se han hecho y permitir también que aflore lo satisfactorio, quizás poco valorado. El objetivo, señala Juan, es que quien va a morir pueda hacerlo en paz consigo mismo y con su entorno. Y quien supera la enfermedad, dice, lo haga como una persona con más calidad humana.

Las fases del duelo fueron definidas por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross en 1969 en un libro, On death and dying, en el que defendía que se permitiese a los enfermos morir con serenidad e, incluso, con plenitud. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación, son unas etapas –sin hacer compartimentos estancos– que recoge Eva Juan al explicar lo que significa la pérdida de la salud, la conversión de una persona en la que uno mismo no se reconoce, el cambio de los hábitos y costumbre cotidianos, del rol laboral y social. Ante esto, pide que la persona que afronta este proceso sea acompañada sin juzgarla ya que ha de atravesar situaciones duras hasta que logre conquistar el presente. "Con perdón y perdonando, fomentando la autoestima, el desapego y señalando que es más importante ser presente que ser útil", señala.

El duelo en el alzheimer, explica Boada, neuróloga en el hospital de Vall d´ Hebron, empieza el día del diagnóstico, y a partir de aquí lo que recomienda es aprovechar la vida, tunearla, reírse por muy difícil que parezca. Todos, señala, "queremos vivir la vejez con autonomía, pero no sabemos si va a ser posible". "Lo que yo sé seguro –dice– es que cuando llegue el momento mi hijo me dará la mano hasta el mar".

La ausencia significa valorar más intensamente la presencia en un mundo en el que el duelo está presente en todas las culturas, con diferentes expresiones. No se trata aquí de debatir el tema de la fe, pero la religión, según Torralba, introduce el factor de la esperanza –aunque no la certeza–, la esperanza del abrazo de después. Pero la mirada de todos se posa en la vida, en cómo en este íntimo y duro sentimiento de ausencia se aprehende al otro y a uno mismo.

El arte y los niños

Contrariamente a lo que se pueda pensar, los niños –en su medida– entienden la muerte mejor de lo que un adulto pueda pensar. Lo dice Cecília Cortacans, religiosa de las misioneras de Nazaret con una amplia experiencia en explicar algunas de las maneras para dirigirse a un niño cuando se muere un familiar cercano o simplemente cuando preguntan sobre la muerte. "Se ha de satisfacer su curiosidad y estar atentos a sus maneras de expresar su preocupación siempre reconociendo que no tenemos más respuesta que decir honradamente que lo que está vivo un día u otro morirá". Pero hay muchas formas de hacerlo y el mundo está lleno de ejemplos que ayudan a trasladar esta imagen de transformación de la vida. "La semilla que muere para que crezca otra vida, la oruga que se transforma en mariposa", señala.

Precisamente esta transformación es la que se ha tomado como referencia en el proyecto Arte y ausencia, un taller artístico tanto para niños como para adultos para "acercar con normalidad" la idea de la muerte y, asimismo, para que a través de las actividades que se proponen se puedan expresar emociones. Este taller es uno de los proyectos del grupo Aves –que trabaja en grupos de duelo–, y el que va dirigido a los más pequeños se basa en el cuento De muda en muda, de Paloma Maldonado, que explica la transformación de una oruga. La pedagoga Neus Ballesteros señala que es un taller de expresión oral y plástica en el que los niños pueden conocer y tocar cómo las cosas cambian. La iniciativa se está ofreciendo en los colegios –como proyecto educativo o porque algún niño está afectado por una pérdida–, así como a grupos reducidos. El taller dirigido a adolescentes y adultos ya se ha llevado a cabo en institutos.

fuente http://www.lavanguardia.com/vida/20111101/54236663363/el-dolor-por-la-muerte-de-un-ser-querido-es-un-proceso-natural.html

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De amigos para siempre a una vida sin amigos

La amistad es saludable, y no sólo porque nos beneficie socialmente o nos sirva de respaldo emocional en momentos críticos, sino porque como muestran estudios como el realizado recientemente en el Centre of Ageing Studies de la Universidad de Flinders, prolonga la esperanza de vida, alivia dolores crónicos y retrasa el Alzheimer. Sin embargo, nos encontramos cada vez con más problemas a la hora de conservar nuestras amistades, algo que no ocurría en nuestra infancia y adolescencia. ¿Por qué, en ocasiones, nos resulta más sencillo mantener el contacto con nuestros viejos amigos que conservar los nuevos si tenemos mucho más en común con estos últimos?

Jaume Guinot Zamorano mantiene que la antigua camaradería "se mantendrá de manera real siempre que algo nos una con aquella persona, como son los recuerdos y anécdotas del pasado, pero no será una amistad válida en nuestro presente. Sabemos que las relaciones en la edad adulta tendrán una duración determinada y tendrán que ver con las aficiones compartidas o la pertenencia a un mismo mundo, ya sea un club de fútbol, un grupo de padres del colegio o los amigotes de un bar". No se trata tanto de que las relaciones establecidas en la infancia sean ideales, sino de que la amistad adulta goza de unas características muy distintas.

Al mismo tiempo, solemos partir de una concepción errónea de las relaciones afectivas, que es pensar que sólo existe una manera de llevarlas a cabo: la nuestra. El concepto de amistad es mucho más variable de lo que pensamos. Como otros tantos sentimientos, qué entendemos como tal depende ampliamente del contexto cultural en el que nos desenvolvamos, al igual que de nuestra situación personal, edad, sexo o necesidades. James O. Grunebaum defiende en su libro Friendship. Liberty, equality and utility que lo que define cada amistad es su objetivo, su naturaleza y su base, es decir, qué buscamos en la misma, con qué fin y qué entendemos como tal. Si ambos amigos no comparten las mismas ideas sobre lo que esperan del otro, es probable que su relación no llegue a buen puerto.
David Konstan detalla en Friendship in the Classical World cómo se formó el concepto de amistad en el mundo occidental y señala que probablemente su primera manifestación canónica sea la relación de Aquiles y Patroclo en la Ilíada. En la Grecia Antigua comienza a perfilarse dicha noción tal y como la conocemos hoy en día, al diferenciarse de la de compañero o conciudadano. El entorno se impone, el amigo se elige y, por lo tanto, tan rápido podemos establecer una nueva relación como poner fin a otra a la que ya hemos exprimido todo su jugo, una constante habitual en el mundo contemporáneo. Si la concepción de amistad ha evolucionado a lo largo del tiempo, lo mismo ocurre según nos hacemos mayores. No se trata tanto de que hayamos perdido la habilidad de mantener nuestro círculo de amigos, sino de que no concibamos éste de la misma forma a los cinco años que a los quince, o a los treinta que a los sesenta.

Los primeros amigos
La literatura y el cine han dejado constancia de que los lazos que se establecen en la infancia, se sobreponen a cualquier dificultad. De los clásicos libros de Enyd Blyton sobre las aventuras de Los Cinco, a las correrías de la pandilla de Los Goonies, Cuenta conmigo o la reciente Súper 8, pasando por la archiconocida Verano azul, el grupo de amigos de la infancia se ha encontrado invariablemente unido a ese tiempo de inocencia y descubrimiento. En la niñez, nos relacionamos con nuestro entorno inmediato, aceptamos los defectos de nuestros compañeros sin problemas, nos mantenemos fieles a ellos a viento y marea y pensamos que lo haremos por siempre. La pandilla se establece como una segunda familia en la que la implicación emocional del joven, sometido a cambios (biológicos, sociales, afectivos), es mayor que nunca y atravesar dichas etapas junto a otros compañeros genera una unión inquebrantable.

Según crecemos, el tamaño de nuestro entorno y las potencialidades del mismo aumentan. Al no encontrarnos tan determinados por la familia, el colegio o la segunda residencia, las relaciones que establecemos en la edad adulta deberían ser más satisfactorias, ya que las hemos elegido de forma más consciente a partir de una muestra mayor de potenciales candidatos a amigos. Y sin embargo, sentimos que es difícil establecer relaciones tan cercanas como las de aquella edad dorada que fue la infancia. Jaume Guinot Zamorano indica que el origen de la amistad es distinto en la madurez: "mientras que durante la adolescencia creamos cientos de posibles amistades y estos lazos afectivos, pese a su debilidad, se mantienen en el tiempo. En la edad adulta queremos crear vínculos fuertes. Esto minimiza en mucho el número de posibles amistades que creamos, nuestro círculo se reduce y la capacidad de socialización, también. De adultos buscamos más fortaleza, por lo que la exigencia es mayor, reduciendo nuestro círculo".

Dar y recibir
Una de las principales causas que echan a perder amistades es la falta de correspondencia entre lo que ambos miembros de la relación ofrecen y reciben, un complejo balance difícil de equilibrar. Se dice que resulta propio de los niños contentarse con poco y es inusual que un adolescente recrimine a un compañero que su afecto no es correspondido. Por el contrario, según crecemos, capitalizamos más y más nuestras relaciones, de forma que esperamos que las mismas nos aporten rápidos rendimientos. El psicoanalista estonio Ignace Lepp señalaba en Psicoanálisis de la amistad que "el factor que hace imposible la amistad, por lo general, es de orden interior. El otro, en cuanto otro, no interesa al egocéntrico.

 Éste tiene amigos por las satisfacciones egoístas que le proporciona. Toda divergencia le parece un obstáculo insalvable para su amistad. Cuando necesite al amigo, lo buscará, y cuando lo deje de necesitar, dejará de perseguirlo aunque ahora éste se encuentre solo". Acostumbrados a una visión instrumental de los lazos afectivos, no podremos mantenerlos mientras no dejemos de ver al otro como un objeto a nuestro servicio y aprendamos aquello que decía Aristóteles: "no es noble estar ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser displicentes por rechazarlos".
Señala Jaume Guinot que "los factores para mantener una amistad son la sinceridad, el compromiso a lo largo del tiempo, que el otro sepa que se puede contar contigo, lealtad y ayuda. Si esas condiciones son cumplidas por ambas partes, la amistad será perfecta; si tan solo los cumple un lado, se destruirá". Debemos poner de nuestra parte para mantener aquellas amistades que nos interesan. Si nuestra agenda está tan llena que no podemos hacer un hueco a esas personas que requieren de nosotros, introduzcámoslas en nuestros planes. Si compartimos aficiones, como probablemente sea, pidamos a nuestro amigo que nos acompañe en las mismas. Llamadas no respondidas, citas que se fijan por mero compromiso o ese café pendiente que nunca llega suelen ser las señales más claras de que una amistad está tocando a su fin.

Un nuevo trabajo, un viaje de negocios o un cursillo pueden ser la ocasión propicia para establecer rápidamente nuevas relaciones, pero ¿qué ocurre con aquellos con los que dejamos de compartir espacio laboral o aficiones? Una vez ya no nos vemos obligados a vernos a diario y a compartir objetivos, es sencillo que la relación comience a deteriorarse por el camino del olvido, al mismo tiempo que nuevas amistades y preferencias ocupan su lugar. El estadista e inventor estadounidense Benjamin Franklin aconsejaba: "tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo". Frente a la tentación de sustituir los amigos desaparecidos por otros nuevos, hemos de preservar aquellas relaciones pasadas, pues algún día las echaremos de menos. Esas son las claves de la amistad adulta: elección, confianza mutua y, especialmente, compromiso.


fuente
 http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2011/11/12/de-amigos-para-siempre-a-una-vida-sin-amigos-87570/


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Cómo hablar a los niños del alzheimer

Cerca de 600.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer en España. Olvidos, descuidos y cambios de humor son sus síntomas más típicos.
Aunque los niños temen que sus abuelos no les reconozcan, son capaces de entener lo que les ocurre si se lo explican correctamente.

Así debéis hacerlo:
- Con lenguaje coloquial. Dile que el abuelo está enfermo, que puede que se comporte de una manera anormal y que es algo que sólo ocurre a algunas personas. Hazlo con un vocabulario adaptado a su edad para que pueda entenderte.

- Despeja sus dudas. La imaginación de los niños es infinita, por eso hay que ofrecerles la información necesaria sobre la patología para que no se hagan conjeturas equivocadas.  Responde a todas sus preguntas pues así evitarás que le tengan miedo.

- Sin vergüenza. Hablar del alzheimer sin tapujos es la única forma de lograr que tus hijos lo vean como algo normal. Habla con su profesora y proponle que dediquen una tarde a hablar sobre el asunto en la escuela.

Si no le reconoce
El duro momento en que un abuelo no reconoce a su nieto suele entristecer a los más pequeños. Cuando ocurra, habla con el niño y explícale que no es culpa del abuelo, sino de la enfermedad, que hace que su memoria en ocasiones no funcione bien y se olvide de cosas, nombres, personas o lugares, pero que ha de comportarse con ellos de forma normal, dándole besos y abrazos y diciéndole que le quiere. Proponle que intente darle pistas para que le reconozca.

Amor y tiempo juntos
Los médicos insisten en que el cariño y sentirse arropados ayuda sobremanera a los enfermos de alzheimer. Además, es muy positivo que incrementes el tiempo que abuelos y nietos pasan juntos. Así, los niños entienden mejor lo que les ocurre a sus mayores y estos no se sienten incomprendidos. Actividades tan rutinarias como hacer la cama, regar las plantas o pasear son beneficiosas para ambos. También pueden ayudaros estas propuestas.
Junto amor incondicional que un nieto tiene a su abuelo, tu pequeño aprenderá otros valores fundamentales gracias al alzheimer: el respeto hacia quienes padecen una enfermedad; la paciencia cuando intente recordarle situaciones que han compartido juntos; la comprensión antes sus continuos olvidos y cambios de humor y puede que hasta el sentido del humor para reírse con el abuelo de las situaciones más inesperadas.

Asesoramiento: Noelia Ruiz, pedagoga de ISEP Clínic Málaga.
Laura Jiménez


fuente http://www.guiadelnino.com/en-familia/abuelos-y-nietos/como-hablar-a-los-ninos-del-alzheimer

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Expertos reconocer que hablar de cura de Alzheimer es una utopia



La única esperanza sobre el alzheimer pasa en estos momentos por la mejora de la calidad de vida de los pacientes a través de distintas terapias, algunas no farmacológicas y por continuar investigando. De momento, los expertos consideran a la ciencia «muy lejos» de poder hablar de curación de la enfermedad, algo que para el doctor Amit Dias, del Goa Medical College de la India es en estos momentos «una completa utopía».
 
Dias participó con otros siete expertos en el primer encuentro celebrado en el marco del Proyecto Transfronterizo sobre Envejecimiento, encabezado por el Centro de Referencia Estatal del Alzheimer y el Instituto de Neurociencias de Castilla y León.
 
En su ponencia, el doctor del Goa Medical College manifestó que «hay centros en todo el mundo que llevan a cabo estudios con medicinas para corregir la enfermedad y otros expertos incluso trabajan en vacunas que podrían prevenir la enfermedad». Sin embargo, insistió en que «es posible que alguien en algún momento pueda encontrar una cura, pero es difícil saber cuándo», insistió.
 
El encuentro pretendía establecer una radiografía de la investigación psicosocial sobre el Alzheimer y conocer los últimos estudios sobre la influencia de distintos factores sobre el estado de ánimo y el comportamiento del enfermo. «Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, –dijeron– si se da una buena calidad de vida a los pacientes pueden vivir durante unos 10 años, si no reciben esa buena calidad de vida, apenas vivirán tres».


fuente http://www.elnortedecastilla.es/20111130/local/salamanca/expertos-reconocen-hablar-curar-201111302050.html

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Enfermos de alzheimer pueden disfrutar la Navidad en familia



Además de beneficiar al paciente, ya que  estar con sus seres queridos le emociona y resuena con los buenos momentos vividos, compartir las Fiestas es bueno para sus familiares y cuidadores, que comprueban cómo la persona con una alteración neurológica disfruta de la música y el ambiente. Consejos prácticos para que todos disfruten estos momentos.
Cuando tenemos un familiar con Alzheimer, las Fiestas de final de Año representan un momento de emociones encontradas e incertidumbres, para quienes comparten en la intimidad estos días tan especiales con el paciente.

"Para que el enfermo, y sus familiares -y a menudo también cuidadores- puedan disfrutar de la Navidad, no hay que perder de vista algunos hechos clave: que independientemente de la etapa en que se encuentre su dolencia, esa persona está viva, y aunque con determinado grado de merma, piensa, siente, se emociona y tiene derecho a ser parte de estas festividades", señala la psicóloga clínica Marga Marqués, del centro de crecimiento personal Hara (Madrid, España).
 
Por ello, como primer paso, la experta sugiere a los familiares que tengan presente que ni el tiempo ni la enfermedad se detienen, y que hay que aprovechar al máximo la presencia de nuestros seres queridos mientras les tengamos con nosotros, y que "con una actitud positiva, aceptación y amor, las Fiestas pueden convertirse en un momento maravilloso".
"Quienes tienen un pariente aquejado de Alzheimer saben que llegará el momento en que ese ser querido, que sufre un deterioro neurológico y cognitivo progresivo e irreversible ya no los reconocerá. Aquella abnegada madre, hacendoso padre, cariñosa abuela o experimentado abuelo, ya no recordará a sus familiares.
 
Pero esa no es una razón válida para marginarlos de las reuniones y fiestas familiares, sino al contrario", señala la directora del centro Hara.
Según Marga Marqués "cuando se diagnostica la dolencia en una etapa muy temprana, en un estadio en el que se alteran las actividades complejas e instrumentales de la vida cotidiana, necesarias para mantener la independencia y las relaciones sociales, hay que prestar atención a la vida de relación del paciente, animándole y ayudándole a que la mantenga".
 
Compartir actividades, música y afecto
"Además de fomentar las aficiones habituales del paciente y procurar que desarrolle pasatiempos que estimulen su atención y concentración, una de las formas en que la familia puede ayudarle en esta etapa inicial, consiste precisamente en responsabilizarle de las compras cotidianas detallándoselas en una lista, y ayudarle en las compras extraordinarias, como los regalos y ornamentos de la Navidad", aconseja la psicóloga clínica.
Para la directora de Hara "los pacientes que tienen la enfermedad más avanzada y que ya no son conscientes de muchas cosas de su entorno, siempre se darán cuenta del afecto, la cercanía y la calidez de los seres queridos, por lo que hay que intentar integrarlos en las Fiestas".
 
"Una sonrisa, una palabra amable, un gesto afectuoso, un abrazo sentido, una escucha atenta, una mano cálida en la espalda, una mirada tierna o un apretón de manos cariñoso, son gestos que pueden llegar al alma y llenar de gozo el corazón de nuestros seres queridos y enfermos", señala Marqués.
 
De acuerdo a esta experta, "los últimos estudios neurológicos reflejan que la música es el estímulo al que más son capaces de responder los enfermos de Alzheimer, incluso en la etapa más avanzada de su dolencia. Las melodías estimula algún mecanismo dentro del cerebro y al parecer es el que más tiempo perdura en el registro neuronal".
 
"El paciente suele reaccionar positivamente ante la música que escuchaba en su juventud o niñez, y que ahora le sigue causando alegría, tranquilidad y bienestar. Algunos pacientes que ya no hablan pueden sin embargo tararear alguna canción popular que disfrutaron de jóvenes. Es una buena idea buscar la música alegre aunque no estridente de los viejos y buenos tiempos que le gustaba al enfermo para compartirla en las Fiestas", sugiere.
 
"Quienes están en las fases iniciales de la enfermedad es posible que puedan disfrutar de una gran celebración, en la cual participen niños y adultos, pero conviene reflexionar sobre la conveniencia de la presencia del familiar enfermo en tal festejo, pues en algunos casos, es posible que no se sienta confortable ante circunstancias que generan un drástico cambio en su mundo cotidiano", señalan desde la Fundación ACE, del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas (Barcelona, España).
La Fundación ACE, del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, es un centro de referencia mundial en Alzheimer, que dirigen el psicólogo clínico Lluís Tárraga Mestre, y la neuróloga Mercè Boada Rovira, impulsa la comunidad virtual Familia Alzheimer (www.familialzheimer.org) y edita la revista electrónica mensual "Magazín Alzheimer".
 
¿Es mejor pasar la Navidad en casa o la residencia?
"Hay que observar con anticipación el comportamiento de nuestro familiar, analizar si la presencia de personas, música, etc., le altera o por el contrario le alienta", aconsejan desde la Fundación ACE.
"Si el enfermo está en una residencia, es más fácil visitarlo allí. Si se decide llevarlo temporalmente a casa, hay que cerciorarse de que allí se encuentra cómodo, porque es probable que el paciente sienta la residencia como su verdadero hogar, porque vive su cotidianeidad y se siente confortable", apuntan desde ACE.
 
"Si decidimos seguir adelante, es importante planificar bien la celebración, valorando el horario del festejo (es posible que convenga más una reunión matutina que una vespertina o nocturna), estableciendo su duración y evitando excesos que conlleven a alteraciones posteriores de hábitos y estados de ánimo y alteren la rutina del familiar enfermo", aconsejan.
 
"Informar y recordar a nuestro familiar acerca de la celebración e incluso hacerlo partícipe de los preparativos, definir las obligaciones de cada miembro de la familia relacionadas con el enfermo, y escoger la música, la bebida y la comida de acuerdo con sus gustos y posibilidades", son otras recomendaciones clave de ACE.
 
Para que todos -enfermo, familiares y cuidadores- puedan disfrutar de las Fiestas, los expertos de ACE aconsejan preparar actividades o tareas para captar la atención de nuestro familiar sin sobre-estimularlo, implicarle en la instalación del Árbol de Navidad, del Belén o pesebre y demás decoraciones navideñas y en la conversaciones enfatizar los recuerdos especiales y los buenos tiempos pasados con la persona enferma.
 
Para la Fundación ACE, también es aconsejable planificar pequeñas reuniones a la hora del día en que apreciemos que nuestro familiar está más cómodo e interactivo para facilitar su participación en ellas, reduciendo al mínimo el número de personas por visita, y aceptar las ofertas de ayuda para nosotros y el cuidado de nuestro familiar enfermo. "Aunque
sea Navidad, Año Nuevo o Reyes es muy posible que no hayan cambios en su estado, que no nos reconozca, que no veamos su sonrisa o un gesto de aprobación, pero quizá su tranquilidad sea suficiente declaración de confort, el mejor regalo que podemos ofrecerle", señala ACE.
 
La Fundación ACE recomienda tener presente que "aunque ella o él estén perdiendo o hayan perdido su memoria, nos siguen dando un precioso regalo... una parte de sus propios recuerdos, todos aquellos instantes comunes compartidos que debemos atesorar y transmitir con gratitud".


fuente http://www.pe.terra.com/salud/interna/0,,OI5507333-EI5479,00.html

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Dieta por Eduardo Angulo Pinedo

por Eduardo Angulo Pinedo
De siempre se ha sospechado que la dieta tiene un papel, más o menos importante, en la prevención y entre las causas del Alzheimer. Enfermedad temible e invalidante, la enfermedad de Alzheimer es ya una plaga en nuestra sociedad debido, sobre todo, al aumento en la esperanza de vida.

Cualquier aspecto relacionado con el síndrome merece la pena de ser estudiado a fondo, y la dieta es uno de ellos. Según Nikolaos Scarmeas  y su grupo, dela UniversidadColumbiade Nueva York, los estudios epidemiológicos sobre Alzheimer y dieta no llegan a conclusiones claras, quizá porque se refieren a grupos pequeños.

Ellos han estudiado esa relación en 2364 voluntarios, de ellos 1800 con envejecimiento normal y 564 con deterioro cognitivo leve al comienzo del estudio. Este deterioro cognitivo leve se considera un paso intermedio con un riesgo muy alto de terminar en Alzheimer. Los voluntarios tienen una edad media de 77 años y el 32% son hombres; el seguimiento se hace durante casi 5 años como media y va de1992 a1999.

Los autores definen la dieta mediterránea y, después de analizar los hábitos alimenticios de los voluntarios, llegan a la conclusión de que aquellos que se acercan más ella tienen un riesgo un 28% menor de contraer el deterioro cognitivo leve y, entre los que ya lo padecían al comenzar el seguimiento, el riesgo de desarrollar Alzheimer disminuye un 48%. Al terminar el estudio 109 voluntarios tenían Alzheimer.

La dieta mediterránea que los autores utilizan como modelo es la habitual: pescado, verduras, legumbres, frutas, cereales y ácidos grasos insaturados, sobre todo como aceite de oliva, y pocos lácteos, carne y ácidos grasos saturados, además de un consumo moderado de alcohol, más como vino que como cerveza o bebidas de alta graduación. Para conocer cuánto se acercan los voluntarios a esta dieta mediterránea modelo, los investigadores utilizan un cuestionario con más de 100 preguntas.
En nuestra cultura, la cuestión del vino es importante.

Lo consumimos habitualmente y, si tiene alguna relación con el Alzheimer, sería bueno estudiarla. Edward Neafsey y Michael Collins, dela UniversidadLoyolade Chicago, han hecho un meta-análisis (revisión de artículos ya publicados) de 143 trabajos sobre la relación entre el consumo moderado de alcohol (vino, cerveza y bebidas de más graduación) y varias formas de demencia, entre ellas el Alzheimer. En total, los 143 trabajos, publicados entre 1977 y 2010, siguen el consumo de alcohol y la demencia en casi 400000 personas de 19 países.

En general, los grandes bebedores tienen mayor riesgo de contraer cualquier tipo de demencia que los que beben poco o los abstemios, que no tienen diferencias en el riesgo. Algunos trabajos, no todos, demuestran que el vino reduce el riesgo de demencia, lo que no es tan evidente con la cerveza o las bebidas de más graduación, pero siempre dentro de un consumo moderado, con máximo de tres vasos al día. El efecto del vino sobre el riesgo de Alzheimer se debe estudiar más en profundidad y en poblaciones más extensas, aunque las perspectivas parecen buenas.

*Neafsey, E.J. & M.A. Collins. 2011. Moderate alcohol consumption and cognitive risk. Neuropsychiatric Disease and Treatment 7: 465-484.
*Scarmeas, N. y 5 colaboradores. 2009. Mediterranean diet and mild cognitive impairment. Archives of Neurology 66: 216-225.

fuente
http://blogs.elcorreo.com/labiologiaestupenda/2011/12/07/dieta/

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Contrarrestando la genética en el caso del Alzheimer

Aunque sus abuelos hayan sufrido de Alzheimer no significa que usted correrá la misma suerte. De hecho, a pesar del fuerte vínculo genético, hasta la mitad de todos los casos podrían prevenirse con ciertos cambios en el estilo de vida. Así lo informa Lancet Neurology como resultado de un estudio realizado en la Universidad de California en San Francisco.

 Los investigadores afirman que ya que no existe una cura para el Alzheimer, es fundamental concentrarse en la prevención, para lo que recomiendan: ejercitarse regularmente, mantenerse activo mentalmente, consumir alimentos integrales, dejar de fumar y controlar condiciones como la depresión. Y si se pregunta en qué grado pueden contribuir estos factores, la respuesta es: ¡mucho! Basta con que conozca el porcentaje de los casos de

Alzheimer que pueden deberse a factores que pueden prevenirse y controlarse: 21% de los casos están asociados a la inactividad; 15% a la depresión; 11% a fumar y 7% a la obesidad. Con esas cifras, sobran las motivaciones para modificar el estilo de vida y adoptar patrones más saludables.


fuente http://www.ellatinoonline.com/news/2012/may/24/contrarrestando-la-genetica-en-el-caso-del-alzheim/

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Lundbeck dice fármaco para Alzheimer resulta efectivo en ensayo

COPENHAGUE (Reuters) - El laboratorio danés Lundbeck informó que pacientes que tomaron su medicamento experimental para el Alzheimer Lu AE58054 en un ensayo clínico de Fase II lograron una mejora estadísticamente significativa en el desempeño cognitivo cuando el compuesto se sumó al donepezil.
Lundbeck dijo que el estudio clínico a 278 pacientes que padecían enfermedad de Alzheimer había alcanzado su meta principal y que Lu AE58054 además fue bien tolerado en combinación con donepezil.
"Estos resultados son muy alentadores y ahora estamos evaluando la mejor manera de proceder con el desarrollo de Lu AE58054", señaló en un comunicado Anders Pedersen, jefe de investigación y desarrollo de Lundbeck.
La compañía indicó que la enfermedad de Alzheimer afecta a más de 26 millones de personas en todo el mundo, y que los costos para la sociedad han sido calculados en 600.000 millones de dólares anuales.
(Reporte de John Acher; Editado en español por Ana Laura Mitidieri)

fuente http://lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE84S05K20120529

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La memoria perdida

En las fotografías tomadas a Auguste Deter en 1902, aparenta tener más de los cincuenta y dos años que en realidad tiene en ese momento. Su marido acaba de llevarla a la clínica psiquiátrica de Frankfurt del Meno, alegando que se siente incapaz de seguir haciéndose cargo de ella en casa.

Auguste está confundida e inquieta, la persigue la idea paranoica de que su marido mantiene una relación amorosa con una vecina y, a veces, ya no lo reconoce. En la carta que adjunta su médico de cabecera a los profesionales de la clínica refiere que Auguste padece serios problemas de memoria, así como de insomnio. A tal efecto, sugiere el diagnóstico de «parálisis cerebral».

El 26 de noviembre de 1901, un día después de la hospitalización, Alois Alzheimer sostiene una conversación con la nueva paciente. «Sentada en la cama, los ojos llenos de angustia», es la primera frase que escribe en el expediente. Le pregunta cómo se llama. «Auguste» ¿Su apellido? «Auguste», responde. ¿Como se llama su marido? «Creo que Auguste» ¿Está casada? «Con Auguste».

Cuando Alzheimer le pregunta cuánto tiempo lleva en la clínica responde: «Tres semanas». A continuación le muestra algunos objetos: un lápiz, una pluma, una llave y un puro; si bien es capaz de nombrarlos, no se acuerda de ninguno cuando Alzheimer le pregunta por ellos un poco más tarde.

A la hora de la comida –coliflor con carne de cerdo– le pregunta qué está comiendo. «Espinacas», contesta. Cuando le pide que escriba las palabras «La señora Auguste Deter», después de «señora» ya no sabe qué más se suponía que tenía que escribir.

Dos días más tarde, Alzheimer anota en su expediente que la mujer está «continuamente exasperada, angustiada» y un día después «angustiada, se resiste a todo». A las preguntas de dónde piensa que está, cuándo nació y cómo se llama, la paciente no es capaz de responder a ninguna de ellas.

Durante casi cinco años, Auguste recibirá atención  médica en la clínica. En la etapa final de su existencia, Auguste vivirá postrada en su cama, incontinente y aturdida, acurrucada en posición fetal, en un estado, según las anotaciones de Alzheimer, «de deficiencia mental absoluta».

El expediente médico de Auguste Deter fue encontrado casualmente en 1995 en el archivo de la clínica psiquiátrica de Frankfurt, donde había estado clasificado por error en un legajo correspondiente a otro año. Dos años después se encontraron, además, cinco fotografías de ella. En su rostro podía advertirse con absoluta claridad la angustia que tanto había llamado la atención de Alzheimer.

Auguste falleció en la primavera de 1906; en las diversas secciones que Alzheimer tomó de su cerebro, encontró las anomalías típicas de lo que hoy en día se conoce como enfermedad de Alzheimer.

Placas y ovillos


En abril de 1906, Alzheimer recibe un telefonema desde Frankfurt: Auguste Deter ha muerto. No sólo pide que le envíen su cerebro, sino también su expediente, de unas treinta páginas. Relee sus apuntes y reconstruye la evolución de la enfermedad que, hasta la fecha, sigue siendo típica para los pacientes aquejados de esta patología.

Antes de su internamiento, en casa, la memoria de la mujer había empezado a fallar, con frecuencia vagaba inquieta por las habitaciones escondiendo objetos que después ya no era capaz de encontrar. Mientras cocinaba, se quedaba de repente sin saber qué hacer. Tras el ingreso en la clínica, su grado de desorientación había empeorado. Pensaba que vivía en Kassel (donde nació), que Alzheimer la estaba visitan en casa («Mi esposo llegará de un momento a otro»), ya no sabía qué año era y cuánto tiempo llevaba internada.

Afirmaba tener una hija de cincuenta y dos años de edad para, minutos después, contar que ella tenía cincuenta y seis, sin percatarse de lo absurdo de su afirmación(...). Al caer la noche, el desasosiego y la ansiedad se apoderaban de ella y se ponía a vagar por las salas, envuelta en sábanas y mantas. En ocasiones, pese a la política de no encierro que se propugnaba en el centro, no había más remedio que recluirla en una celda de aislamiento (...).

Del texto de la presentación, publicada en 1907 en el «Allgemeine Zeitschrift für Psychiatrie», se desprende que en Tübingen, Alzheimer presentó en primer lugar el cuadro clínico tal como lo había descrito en el expediente de la institución en Frankfurt.

Los resultados de la autopsia revelaron sin lugar a dudas que buena parte de la corteza cerebral estaba atrofiada. Alzheimer mostró distintas secciones en diapositivas y señaló las anomalías que había localizado en el tejido nervioso: ovillos extraños y depósitos proteicos. Había dibujado también algunos de esos ovillos. Estas anomalías, dijo, no encajaban en ningún cuadro clínico conocido. Todo hacía indicar que se trataba de una enfermedad aún desconocida, aunque se mostró esperanzado en que la investigación neuropatológica en proceso ayudara a definir sus características.

En Tübingen, un público compuesto por profesionales médicos, tuvo por vez primera la oportunidad de asomarse a las malformaciones cerebrales que, denominadas entonces «ovillos» y «placas», hasta la fecha siguen estableciendo el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, este momento histórico pasó desapercibido.

Una vez que Alzheimer terminó su exposición, el presidente del encuentro cedió la palabra a los presentes, pero nadie sintió el impulso de hacer un comentario, tan sólo él mismo llevaba una pregunta preparada. Durante la tarde, los presentes –entre los que se encontraba Carl Gustav Jung– se enfrascaron en un acalorado debate sobre el valor científico del psicoanálisis.

Al día siguiente, un periódico local publicó en sus páginas un extenso artículo sobre las apasionadas disputas en torno a Freud, mientras dedicó, literalmente, un escaso renglón a «un proceso patológico grave y raro que al cabo de cuatro años y medio causó la disminución de una destacable cifra de neuronas».

FICHA

Título del libro:  «Dr. Alzheimer, supongo».
Autor: Douwe Draaisma.
Edita: Ariel.
Sinopsis: Alois Alzheimer, James Parkinson, Hans Asperger, Gilles de la Tourette... fueron eminentes científicos cuyos nombres han quedado asociados a los trastornos mentales, comportamientos que tardaron siglos en tener una explcación científica.

fuente http://www.larazon.es/noticia/2305-la-memoria-perdida

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Película Amour de Michael Haneke

JORGE ABBONDANZA

Curiosa coincidencia. El domingo 27 la película Amour de Michael Haneke obtuvo la Palma de Oro en el festival de Cannes, con su drama de la intimidad en torno a una enferma de Alzheimer, pero pocos días después se estrenó en Montevideo una película uruguaya -La demora, de Rodrigo Plá- sobre tema muy similar. Esa proximidad entre ambos trabajos no es un hecho casual, porque la vida humana sigue prolongándose mientras la medicina preventiva multiplica sus recursos para mantener a la gente a flote, de manera que ciertas degradaciones de la vejez, como el Alzheimer, son hechos más frecuentes y de duración imprevisible, modificando el cuadro (y ampliando el plazo) de ese crepúsculo vital y de los largos desvelos familiares alrededor del enfermo.

Esos cuidados son el tema de Amour, envueltos en la silenciosa corriente de emociones que acompaña el trance, tanto en la paciente que lo sufre (Emmanuelle Riva) como en su marido (Jean Louis Trintignant) y su hija (Isabelle Huppert). El estado de la madre es doblemente doloroso, porque a su quebranto se agregan otros ataques que a cierta altura la dejan casi inmóvil y luego la privan del habla, un bloqueo que determina nuevas exigencias a la devoción familiar, revelando esa alianza que se establece ante un padecimiento terrible hasta que llega el desenlace.

"Cuando tenemos cierta edad, el sufrimiento nos conmueve. Eso es todo lo que quise mostrar, en la película no hay nada más", dijo Haneke. Necesitaba actores de particular sensibilidad para poblar ese drama de encierro, filmado entre las paredes de un apartamento. Eligió a Emmanuelle Riva para el papel central, 53 años después de que la actriz apareciera en Hiroshima mon amour, donde era una revelación, y colocó a su lado a Trintignant, cuya modalidad de actuación ha adquirido con los años más fuerza expresiva y mayor transparencia, completando el trío con Huppert, esa especialista en el control emocional, a quien ya había utilizado en La profesora de piano. Las reseñas del festival elogiaron vivamente el trabajo de esa gente, pero también subrayaron el poderoso sello del realizador.

Quien haya visto ese antecedente de Haneke, y otros films suyos como Caché o La cinta blanca, conoce el manto de aparente frialdad y de misterio que el director sabe tender sobre sus historias, para invitar al espectador a sumergirse en ellas con la curiosidad que despiertan los enigmas no revelados. En este caso, ese clima sirve para ir tanteando la huella que deja el amor de los demás cuando la proximidad de la muerte lo reclama como nunca.

Edwardo Agüera: nunca controlaremos la mene

Si usted le pregunta al doctor Agüera qué razón le llevó a elegir Neurología y no otra disciplina cualquiera de la Medicina, le contestará que la escogió por su extrema complejidad, por el desafío que representa adentrarse en ese universo intrincado de conexiones neuronales y enigmas sin resolver. «La Neurología», sostiene, «es la ingeniería de la Medicina». Y si le inquiere sobre por qué se especializó en demencias, particularmente la enfermedad de Alzheimer, le responderá que porque han sido las grandes olvidadas del sistema sanitario. No en vano, no fue hasta el año 2004 en que han ocupado un área específica, cuya responsabilidad ejerce el propio doctor Agüera. Desde entonces, han pasado por su consulta no menos de 2.500 cerebros en busca de reparación.
—¿Estamos ante la plaga del tercer milenio?
—Sí. Conforme aumenta nuestra expectativa de vida más crece la frecuencia del Alzheimer. El 8% de los mayores de 65 años desarrolla la enfermedad, y más del 30% de quienes superan los 85 años.
Los pacientes que se sientan frente a él describen un cuadro clínico idéntico. Empiezan por simples pérdidas de memoria, luego creen vivir en una casa que no es la suya, confunden a su mujer con su madre, se extravían en la calle y no recuerdan las noticias que acaban de escuchar en el telediario. Más adelante comienzan a tener problemas para hablar, no encuentran la palabra adecuada y se hacen dependientes para todo, hasta que sus capacidades intelectuales se van extinguiendo lenta pero inexorablemente.
«Al parecer hay un daño en su circuito de aprendizaje», explica. «No logran retener la información. Por eso, la memoria del pasado queda grabada a fuego y recuerdan perfectamente detalles de la mili o de su boda. Aquí viene gente hablando de cosas muy antiguas para aparentar que están perfectamente. Hasta que le preguntas por algo que hizo ayer». Hoy el Alzheimer es una enfermedad degenerativa irreversible. Todo lo más, gracias a los fármacos, se puede retrasar su desarrollo y mejorar la calidad de vida del paciente.
—¿Se ve la luz al final del túnel?
—Espero que sí. Hay fármacos que se encargan de romper la beta amiloide, una proteína que se deposita en las neuronas y acaba matándolas. Por ahí va la investigación.

—Quien pierde la memoria, ¿qué pierde?
—Puede perder las preocupaciones, porque generalmente no suelen ser conscientes de su proceso.

—No sufren.
—Los pacientes no, las familias mucho. Pierden a un ser querido.

—¿Y quién cuida al cuidador?
—El cuidador es también un enfermo. Se convierte en los ojos, los brazos y los pies de un paciente. Hay familias que se rompen o que tienen que dejar de trabajar para cuidar del padre o la madre. En Francia eso no pasa. Los hijos se independizan y si los padres necesitan ayuda no la tendrán de sus descendientes. De eso se encarga el Estado.

—En afecto familiar, al menos, somos más avanzados.
—Aquí es frecuente entregar la vida por los padres. Pocas veces la familia se desentiende.

—Aloise Alzheimer describió la enfermedad en 1906. ¿Hemos avanzado algo en un siglo?
—Tanto que ahora sabemos que lo que decía que era Alzheimer no lo era. Se han hecho muchas autopsias y se han sacado conclusiones.
En la familia de Eduardo Agüera (Córdoba, 1974) no hay antecedentes médicos, pero sí veterinarios. Ingresó en el Reina Sofía en el año 2000 y cuatro años más tarde se especializó en demencias. Por entonces, la sanidad andaluza no había organizado convenientemente esta unidad, de forma que tuvo que formarse en alguno de los hospitales más punteros del momento: Barcelona, Valencia y Toulouse, que alberga una de las entidades científicas en Alzheimer más importantes de Europa. Sólo para esta enfermedad ya tiene un hospital de cinco plantas. Allí aprendió que el Alzheimer es una dolencia multidisciplinar, que requiere de la psiquiatría, la geriatría o la neurología.

—¿Qué sabemos del cerebro?
—Mucho. Sabemos dónde están las vías, la circulación o los vasos y para qué sirve cada cosa. Otra cuestión es qué sabemos de la mente, sobre nuestra forma de pensar o por qué una misma lesión provoca reacciones distintas en cada paciente.

—¿Todo está en el cerebro?
—Está lo intelectual. La vida está en el corazón, que es quien se encarga de regar todo el organismo.

—Un corazón sin cerebro no es nada.
—Nada. Pero puede vivir.

—¿Dónde no puede llegar la ciencia?
—A muchos sitios. A las vivencias. A los comportamientos. A los sentimientos. La mente es lo que nunca conseguiremos controlar. Podemos explicar la red neuronal que se activa en el amor pero nunca comprenderemos por qué.

—¿El afecto cura?
—Tiene capacidad para retrasar la enfermedad, no para curarla. El estrés es un factor de aceleración, y la tranquilidad, el cariño o el amor la retrasa.

—¿Qué descubrimiento le cambió la vida?
—Me llamó mucho la atención la forma en que Damásio y Punset están relacionando las redes neuronales con el comportamiento, el amor o la felicidad.

—«Un país no investiga porque es rico sino que es rico porque investiga». ¿Suscribe la frase?
—En Andalucía se investiga muchísimo y con muchos menos medios que en otros hospitales. Si fuera verdad eso, seríamos muy ricos.

—¿En qué división juega el Hospital Reina Sofía?
—En general, en primera división. Tenemos especialidades súper punteras, como Medicina Interna o Cardiología.
En Córdoba hay 8.000 enfermos de Alzheimer y la tendencia es claramente al alza. La enfermedad brota en torno a los 55 años, pero no es hasta los 65 o 70 años cuando emergen las evidencias. En ese tiempo, ya se ha producido un daño cerebral muy notable con consecuencias irreversibles. Se sabe, por ejemplo, que las personas con actividad intelectual relevante gozan de lo que se conoce como «reserva cognitiva» que las protege ante la enfermedad. El factor de riesgo es mayor, por tanto, en individuos que han ejercitado menos su capacidad cerebral.

—¿Que hace mejor al ser humano?
—Su sociabilidad. Saber compenetrarse con los demás es nuestro secreto.

—¿Los recortes han llamado a su puerta?
—Claro: a mi sueldo. Fuera de eso, todavía no. Aquí seguimos atendiendo al mismo número de pacientes o más.

—¿Hay razones para temer por nuestro sistema sanitario?
—Creo que no. Aquí no sería posible como en EEUU no atender a alguien por motivos económicos. Nuestro juramento hipocrático te lo impone.

—En Cataluña hay hospitales que advierten que quien no tenga tarjeta europea deberá pagar la factura.
—Eso es un problema de gestión y no de los médicos. Yo recibiré a todos los pacientes por igual.

—¿Qué enfermedad le deja más perplejo: la demencia o la codicia?
—La codicia me deja perplejo, pero mucho más la demencia. Hay casos muy curiosos cada día.

fuente

http://www.abc.es/20120603/cordoba/abcp-eduardo-aguera-nunca-controlaremos-20120603.html


Nota: pueden tomar la información que deseen  pero solicitamos a quienes nos visitan  colocar siempre el nombre de su autor y/o la fuente de donde ha sido tomado, respetemos para que nos respeten.

Horrible es vivir en el olvido


 
 

Nota: pueden tomar la información que deseen  pero solicitamos a quienes nos visitan  colocar siempre el nombre de su autor y/o la fuente de donde ha sido tomado, respetemos para que nos respeten.
Terrible es vivir en la demencia, solo pensarlo duele y deja un sabor a crueldad en el corazón.

Estremecedor es el Mal de Alzheimer pues como el enemigo  viene solo a robar, a usurpar, arrancar, saquear, arrebatar apropiarse de lo que no le pertenece.

Nos despoja de las capacidades físicas y emocionales. Nubla los sentimientos  del alma y nos roba la coincidencia. Cuan grande es no saber quién eres, a donde vas, de dónde vienes.

No reconocer tus hijos, esposo, hermanos, vecinos, nietos, amigos, compañeros, ni recordar tus más grandes amores.

Cuan terrible es  para quienes le acompañan en el camino del olvido convivir con quien ahora no es la misma persona que fue, esa persona que cada día esta apartado y  distante fuera de todo por lo que vivió y con quien vivió.


Que triste es permanecer de brazos cruzados mientras  el problema se agiganta. Entidades de salud y casas farmacéuticas se sientan a recibir ventajas económicas de estos pacientes indefensos sin tratar de aportar algo a la solución del problema en mi país.

Que será de nosotros con una población de gente con  mente en blanco, con una población que no sabe que hace en este sistema de cosas. Con una población que quizás nunca reconoció a Dios como su único dador de vida y salud, y ahora es imposible hablarle de Él. Ahora cuando Dios debe ser el centro y única prioridad en la vida.

La asociación Alzheimer’s Disease International solicita a voces a gobiernos y políticos que la demencia se convierta en  prioridad global de salud pública.

El enfermo que tuvo una vida de precariedades le toca quedar errante esperando su última hora.

Unos irán a parar a un centro de cuidado y otros pasaran al cuidado de alguna mano piadosa, pero no existe en el país un lugar especial para estos pacientes donde sean tratados  dignamente con todos los servicios requeridos para que al menos terminen con calidad de vida y en paz.

El Alzheimer es  enfermedad neurológica del cerebro que  destruye células cerebrales y sus conexiones, originando daños irreversibles.

Descubierta por Alois Alzheimer hace más de 100 años y aun no se conoce  que la produce  sólo tenemos  deducciones y  tratamientos paliativos para los síntomas  que  retrasan lo inevitable  pero no sanan.

Científicos y profesionales se esfuerzan  en busca del origen y  cura. Pero quienes tienen que aportar a este esfuerzo que es cuantioso no quieren invertir  lo suficiente y están más preocupados en invertir en  viaje a la luna,  armas de guerra, concursos y premios de belleza que  en esta causa, en este problema que es problema de todos y que al igual que la droga toca a cualquier puerta. 

Los políticos ven la sociedad envejecer a pasos agigantados y voltean la cara para no ver la realidad.  Mientras acrecienta y acrecienta  el problema  porque el Alzheimer toca las puertas cada día a  personas más jóvenes y esto es motivo de horror.

Es grande estar en el olvido, mañana podrías ser tú o yo. Por tanto si está en nuestras manos hacer algo, manos a la obra, porque es inhumano, monstruoso, abusivo, sentenciar a  enfermos y familiares al olvido social y familiar.
  
Los  cuidadores  pierden la  salud atendiendo a los pacientes, entregando  ternura, amor y dedicación a estos seres humanos que andan como sonámbulos, sin pasado, sin presente  y sin futuro.

Hablémosles de Dios ahora que pueden asimilar quienes son, porque mañana cuando no puedan recordar quién es Dios, Dios si recordara quienes son ellos y eso nos dará paz en medio del valle de sombras.

Autor Raquel Demorizi

¿Votan los pacientes con demencia?

Un estudio destaca la importancia de informar sobre el Documento de Voluntades Anticipadas a personas con demencia

SANTIAGO. XAVIER CEA  | 08.06.2012 
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La respuesta a esta pregunta, seguramente insólita para muchas personas, es que sí en una buena parte de los casos. Los doctores G. Torrijos, R. López de la Torre, A. Bartolomé, A. Merino, A. Macías, AM García-Gasco y JM López, de la Unidad de Memoria y Demencias del Hospital Cantoblanco, en Madrid, realizaron un estudio para responderla de forma científica. La referencia a su trabajo aparece en el volumen 47 de la Revista Española de Geriatría y Gerontología, que está dedicada al congreso que se celebra en Santiago.


El estudio referido pretendía saber si pacientes con demencia votaron en las pasadas elecciones generales del 20-N de 2011 y compararlos con los resultados del mismo estudio realizado en los comicios del 9 de marzo de 2007.


Los resultados de la investigación, que incluyó a 91 pacientes, indicaron que el 42 por ciento sí votaron y el 57% no. De los que sí votaron, un 64% eran mujeres y un 35% hombres con 77 años de media. "Estos pacientes votaron a pesar de que el 84% de ellos tenían diagnóstico de probable enfermedad de Alzheimer y el resto con menor frecuencia otro tipo de demencia. De estos votantes, 24 decidieron ellos mismos y 15 decidieron sus cuidadores por ellos".


Las conclusiones encuentran que una parte sustancial de pacientes con demencia votan o sus familiares lo hacen por ellos. Los que no votan tienen demencia más severa. La familia, sobre todo el cónyuge, son quienes votan por el paciente, probablemente ppor entender sus preferencias políticas previas. "La votación es un ejemplo de las capacidades que una persona pierde de una manera gradual y que muestra lo necesario de investigar qué actividades puede y no puede realizar una persona con demencia".


Son cuestiones delicadas que los profesionales analizan, hasta las más sutiles, como queda de manifiesto en los cientos de trabajos relatados y comentados en el Congreso que se celebra en Compostela. Otro ejemplo es estudiar el papel de los niños en estas situaciones. Habitualmente no se cuenta con ellos a la hora de compartir y entender la evolución de enfermedades graves como el Alzheimer. Por ello incluso se editó una guía para pequeños y la biografía en castellano del doctor Alois para explicar a los niños la sintomatología de la enfermedad que él mismo descubrió. Estos recursos pedagógicos son muy útiles y fomentan las relaciones entre generaciones y estrechan vínculos.

fuente http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/votan-pacientes-demenciaa/idEdicion-2012-06-08/idNoticia-750240/

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«El cuidador de un enfermo de alzheimer siempre enferma. Su soledad es brutal»

«El alzheimer es una dolencia que genera dos enfermos: el propio afectado y su cuidador. La persona que cuida de un paciente de demencia siempre acaba enfermando. Su soledad es brutal». Ese fue el diagnóstico tan real como crudo realizado ayer por el psicólogo David García ante la docena de gijoneses que acudieron a la cita de la Fundación Alzheimer. Su auditorio estaba formado, precisamente, por cuidadores de enfermos de dicha patología, protagonistas de esta cita con la que la fundación trata de paliar las dificultades que se encuentran a diario estas personas «que no tienen cobertura ni en la Ley de la Dependencia».
 
Por ese motivo, desde la entidad que preside Laureano Caicoya se han puesto en marcha unas terapias de grupo, gratuitas, dirigidas a solucionar la angustia y los problemas de salud del cuidador «que se cree superman o superwoman y, realmente, no lo es. Nadie puede cuidar de otra persona a tiempo completo, todos los días del año y, además, atenderse a sí mismo. Eso es imposible. Por ello acaban sufriendo más que el objeto de su cuidado. Es el síndrome del cuidador».
Las terapias, que también se llevarán a Oviedo y Avilés, comenzaron la pasada semana en la capital para «atender al mayor número de personas posibles» y están dirigidas tanto por David como por Maite Montes y Eva María Vega, integrantes del equipo de psicólogos contratados por la Fundación Alzheimer Asturias para llevar a cabo esta novedosa iniciativa «de la que no se conocen precedentes en otras comunidades».
 
«Cuidarse mientras cuida»
Los asistentes recibirán apoyo psicológico y consejos para «no dejar de cuidarse mientras cuidan de su familiar», así como mecanismos para hacer frente «tanto al golpe tan duro que es escuchar del médico que tu padre, marido o hermano tiene alzheimer o cualquier otra demencia», como, sobre todo, superar su fallecimiento. «Con la muerte del enfermo, que puede llegar tras diez años de cuidados continuos, no acaban los problemas del cuidador, se agravan. Es cuando, realmente, más enfermo está».
David García se mostró convencido de que «en el alzheimer, el verdadero olvidado es el cuidador».
 
fuente http://www.elcomercio.es/v/20120612/gijon/cuidador-enfermo-alzheimer-siempre-20120612.html#opina

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Cuando en el cerebro del abuelito se van haciendo nudos


¿Cómo se le cuenta a un niño o a un adolescente que alguien querido va a pasar por todo lo que conlleva esta demoledora enfermedad llamada Alzheimer?

Hace unos días una amiga me comentaba que alguien cercano había sido diagnosticado de Alzheimer y terminaba preguntándose como se explica esto a un niño. Me quedé con esa idea que me pareció importante. ¿Cómo se le cuenta a un niño o a un adolescente que alguien querido va a pasar por todo lo que conlleva esta enfermedad?

He estado leyendo y buscando información sobre este tema y quiero compartir con vosotros, seguidores de este blog, los apuntes mas interesantes que he encontrado. ¡Ojala nunca tengáis que utilizar esta información! pero si un día os hace falta espero que os resulte útil.

Está claro que el punto de partida es definir la edad de con quien vamos a hablar. No se le explica igual a un niño de 6 u 8 años que a un joven de 13 o 14.

Si quien necesita de nuestras palabras y explicaciones es un niño de pocos años podemos explicarle que la persona enferma tiene un problema en su cerebro, que no le deja pensar claramente ni recordar muchas cosas.

A esta edad es casi como contarles un cuento…”en el cerebro del abuelito se están haciendo nudos, porque él ya es muy mayor y eso pasa a veces, y esos nudos no le dejan recordar y a veces hacen que se confunda. ¿Te acuerdas cuando se olvidó de ponerse los zapatos? ¿o del día que te preguntó quien eras? Pues son los nudos los que le hacen olvidar las cosas. Pero lo que no se le va a olvidar es cuanto le queremos todos y eso es muy importante para él, por eso vamos a verle y jugamos a hacer puzzles o a pintar láminas”.

Algo así, con las adaptaciones a cada caso, puede ser una buena manera de plantear lo que está ocurriendo. No necesitamos entrar en detalles médicos pero si le podemos explicar donde está el problema y los efectos que le produce y le va a producir al enfermo. Para que el pequeño pueda vivir una situación de este tipo sin que le afecte de una manera traumática es necesario que sepa que está ocurriendo, y que va a ocurrir con el paso del tiempo.

Es importante tratar de hacer entender al pequeño que los cambios de humor o los repentinos enfados del enfermo no son por su culpa, que él no ha hecho nada mal si no que la enfermedad produce, a veces, esas cosas. Será valioso para el niño que sepamos transmitirle valores como empatía o paciencia cuando trate con un anciano enfermo de Alzheimer.

Posiblemente habrá quien leyendo estas líneas no vea la necesidad de que un niño siga tratando a su abuelo o abuela enfermos. Mi opinión es que estas circunstancias son parte de la vida y de la historia familiar. Y los niños tienen una capacidad sorprendente para vivir con naturalidad procesos que, en ocasiones, a los adultos nos superan.

La persona enferma es parte de la vida del niño, seguramente tendrá buenos recuerdos de los ratos pasados jugando con el abuelo, de los cuentos oídos de labios de la abuela y de todo el amor recibido desde que nació. Si ante la enfermedad optamos por separar al niño del anciano – para evitarle lo que suponemos que le puede hacer daño- quizás le estamos privando de tener una vivencia que le permitirá, a medida que crezca- tener una relación sana con la enfermedad y la desaparición de esa persona mayor.

Todos necesitamos hacer el duelo cuando alguien querido nos falta y si el niño no ha podido seguir la evolución hasta el fallecimiento, cuando este se produzca, le resultará mucho más complejo procesar sus sentimientos.

Naturalidad, sensibilidad, paciencia, cariño y humor son una buena receta para que un peque viva, sin traumas, el Alzheimer de un familiar.

Y por nuestra parte, ofrecer al niño nuestro apoyo, facilitándole oportunidades para que exprese sus sentimientos, para que sepa lo que ocurre a través de respuestas honestas a sus preguntas y desdramatizar todo lo posible la situación, será la mejor ayuda que podamos darle.


fuente
http://www.hechosdehoy.com/cuando-en-el-cerebro-del-abuelito-se-van-haciendo-nudos-18144.htm

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Ideas para luchar contra el alzheimer

El CRE Alzheimer de Salamanca y la Universidad Politécnica de Valencia inician un proyecto de estimulación cognitiva para personas con demencia basado en las nuevas tecnologías.

El Centro de Referencia Estatal (CRE) de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y Otras Demencias de Salamanca está iniciando un innovador proyecto con el objetivo de que las personas que sufren alguna demencia ejerciten su mente a través de las nuevas tecnologías y puedan retrasar el deterioro cognitivo que conlleva su patología. Una gran pantalla táctil que permita la interacción social y la creación de una red social específicamente pensada para estas personas están entre los objetivos de esta iniciativa.

El proyecto, que se denomina HEAD: Herramientas tecnológicas para la Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias, implica una estrecha colaboración con el laboratorio LabHuman del Instituto Interuniversitario de Investigación en Bioingeniería y Tecnología Orientada al Ser Humano (I3BH) de la Universidad Politécnica de Valencia, que cuenta con experiencia en nuevas tecnologías adaptadas a otras patologías.

En este caso, el objetivo construir un "sistema multitáctil" compuesto por un televisor normal que estaría encajado en una mesa con una pantalla sensible al pulsar. "Es como si tuviésemos un iPad de 42 pulgadas", comenta en declaraciones a DiCYT Roberto Lloréns, coordinador científico de LabHuman.

A diferencia de un ordenador, interactuar en una mesa de grandes dimensiones puede ser más sencillo para muchas personas mayores, pero lo más importante es que la idea está pensada para que interactúen varios usuarios a la vez. "Tenemos evidencias de que la conversación grupal requiere un mayor esfuerzo cognitivo", afirma el experto, por lo que podría mejorar los resultados.
El proyecto prevé que en la mesa puedan jugar cuatro pacientes una vez que, de acuerdo con las indicaciones de los terapeutas, estén diseñados ejercicios que estimulen las funciones cognitivas y en particular la memoria.

Trabajar la memoria autobiográfica

"El objetivo es trabajar sobre todo la memoria autobiográfica con elementos como fotos o números de teléfono", comenta el especialista, que pone un ejemplo del funcionamiento de la mesa. "Si tenemos fotos en el centro de la pantalla, cada usuario puede intentar arrastrar las suyas hacia su zona de la pantalla. La propuesta es que cada uno recoja sus recuerdos, pero esto fomenta la interacción y las habilidades sociales, porque pueden necesitar pedir una foto propia al compañero", señala. En todo momento, un terapeuta controlaría la sesión y tomaría decisiones como detener el juego y fomentar un debate.

El proyecto HEAD está en una etapa inicial y para este año se marca como objetivo crear un sistema de gestión que los terapeutas puedan ir utilizando para cuestiones como tener una lista de pacientes. Más adelante habría que desarrollar las aplicaciones para la estimulación cognitiva y, dando un paso más, se pretende crear una red social propia, que sería algo así como "un Facebook para mayores" con un gran abanico de posibilidades.

Esta red social permitirá que los usuarios almacenen y compartan sus fotos con otros pacientes que pasen por el CRE Alzheimer, pero también con sus propios familiares, que podrían hacerse una cuenta para interactuar con ellos. Un aspecto importante es que esto permitiría mantener el contacto a usuarios del centro que, tras recibir un tratamiento vuelven a sus casas.

fuente http://www.massalamanca.es/salamanca/10448-ideas-para-luchar-contra-el-alzheimer.html

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El Alzheimer se 'contagia' de neurona a neurona

A medida que el Alzheimer progresa, va afectando cada vez a más áreas del cerebro. Sin embargo, hasta ahora no se conocen plenamente los mecanismos que van guiando este avance más o menos progresivo. Un nuevo estudio publicado esta semana en la revista  Journal of Neuroscience ' aporta ahora nuevas pistas.
Como explica a ELMUNDO.es el principal autor del trabajo, Martin Hallbeck, hasta ahora la atención se había centrado sobre todo en las placas que forma la proteína beta amiloide; pero los acúmulos más pequeños (oligómeros) también tienen su papel.
"Por primera vez hemos descubierto cómo los oligómeros de beta amiloide se 'propagan' de una neurona a otra, lo que les permite ir 'enfermando' unas partes del cerebro y no otras", explica el investigador sueco.
El patrón de expansión del Alzheimer en el cerebro de un paciente sigue siempre un modelo similar, que se correlaciona con la pérdida progresiva de memoria y otras habilidades, a medida que más y más áreas cerebrales se van viendo afectadas y colonizadas por las placas de proteínas tóxicas. "Queríamos saber cómo las pequeñas acumulaciones de beta amiloide (oligómeros) son capaces de propagarse de unas neuronas a otras", resume el especialista.

Tinciones de colores

Para ello emplearon cultivos in vitro de neuronas de roedores ("puesto que hoy por hoy no es posible estudiar el tráfico de proteínas en el cerebro humano") y mediante tinciones de colores trataron de seguir el 'contagio' de las proteínas tóxicas.
Así, inyectaron oligomeros en las neuronas animales mediante una pequeña aguja fina y, en tan sólo un día, observaron cómo las células cerebrales vecinas pronto se veían también infectadas por la proteína tóxica. "Esto explica porqué la enfermedad puede propagarse de un área cerebral a otra rápidamente y cómo las células que van recibiendo la proteína tóxica van enfermando, mientras que otras regiones siguen sin estar afectadas".
No es la primera vez que se confirma la hipótesis del 'contagio'. Dos estudios publicados en la revista 'Neuron' en febrero de este mismo año por científicos de Columbia y Harvard (ambas en EEUU) observaron un patrón similar para la proteína tau, otro de los componentes 'tóxicos' implicados en el Alzheimer. También en un ensayo con células en el laboratorio, los investigadores vieron que la proteína tóxica era capaz de 'viajar' fácilmente de las áreas del cerebro donde se elaboran los recuerdos a otras donde se almacenan y se generan razonamientos más complejos.
Como explica a ELMUNDO.es, en los últimos años se ha comprobado que la proteína beta amiloide tiene también un papel importante en el cerebro sano, "en la regulación de las conexiones entre neuronas". En condiciones normales, añade, los oligomeros se mantienen a raya con los propios mecanismos de control de la célula; "sin embargo, a medida que se van acumulando más oligómeros y el organismo envejece, pierde esa capacidad de control, lo que permite que se formen acúmulos de proteína tóxica".
Aunque aún es pronto para hablar de implicaciones prácticas, Hallbeck considera que sus hallazgos podrían servir para tratar de frenar el Alzheimer en las fases más tempranas de la enfermedad; antes de que los oligómeros se acumulen formando placas de proteína beta amiloide. "Si pudiésemos frenar el avance de la enfermedad a más áreas del cerebro, los pacientes podrían retener ciertas capacidades como tenía antes del diagnóstico", apunta.
En este sentido, cada vez son más los ensayos que tratan de atajar el Alzheimer en sus fases iniciales, cuando los síntomas del paciente no pasan de pequeños despistes o pérdidas de memoria; y que pueden comenzar hasta cinco años antes de la demencia propiamente dicha. Por ejemplo, 10 hospitales españoles participan en una investigación que trata de demostrar la eficacia de un fármaco que actúa frenando la formación inicial de las placas tóxicas. En Colombia, otro ensayo similar tratará de prevenir la enfermedad en una familia de individuos genéticamente predispuesta a sufrir esta demencia, en lo que constituye el primer intento por intervenir antes de que surjan los primeros síntomas.



fuente
ELMUNDO.es



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