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Terrible es vivir en la demencia, solo pensarlo duele y deja un sabor a crueldad en el corazón.
Estremecedor es el Mal de Alzheimer pues como el enemigo viene solo a robar, a usurpar, arrancar, saquear, arrebatar apropiarse de lo que no le pertenece.
Nos despoja de las capacidades físicas y emocionales. Nubla los sentimientos del alma y nos roba la coincidencia. Cuan grande es no saber quién eres, a donde vas, de dónde vienes.
No reconocer tus hijos, esposo, hermanos, vecinos, nietos, amigos, compañeros, ni recordar tus más grandes amores.
Cuan terrible es para quienes le acompañan en el camino del olvido convivir con quien ahora no es la misma persona que fue, esa persona que cada día esta apartado y distante fuera de todo por lo que vivió y con quien vivió.
Que triste es permanecer de brazos cruzados mientras el problema se agiganta. Entidades de salud y casas farmacéuticas se sientan a recibir ventajas económicas de estos pacientes indefensos sin tratar de aportar algo a la solución del problema en mi país.
Que será de nosotros con una población de gente con mente en blanco, con una población que no sabe que hace en este sistema de cosas. Con una población que quizás nunca reconoció a Dios como su único dador de vida y salud, y ahora es imposible hablarle de Él. Ahora cuando Dios debe ser el centro y única prioridad en la vida.
La asociación Alzheimer’s Disease International solicita a voces a gobiernos y políticos que la demencia se convierta en prioridad global de salud pública.
El enfermo que tuvo una vida de precariedades le toca quedar errante esperando su última hora.
Unos irán a parar a un centro de cuidado y otros pasaran al cuidado de alguna mano piadosa, pero no existe en el país un lugar especial para estos pacientes donde sean tratados dignamente con todos los servicios requeridos para que al menos terminen con calidad de vida y en paz.
El Alzheimer es enfermedad neurológica del cerebro que destruye células cerebrales y sus conexiones, originando daños irreversibles.
Descubierta por Alois Alzheimer hace más de 100 años y aun no se conoce que la produce sólo tenemos deducciones y tratamientos paliativos para los síntomas que retrasan lo inevitable pero no sanan.
Científicos y profesionales se esfuerzan en busca del origen y cura. Pero quienes tienen que aportar a este esfuerzo que es cuantioso no quieren invertir lo suficiente y están más preocupados en invertir en viaje a la luna, armas de guerra, concursos y premios de belleza que en esta causa, en este problema que es problema de todos y que al igual que la droga toca a cualquier puerta.
Los políticos ven la sociedad envejecer a pasos agigantados y voltean la cara para no ver la realidad. Mientras acrecienta y acrecienta el problema porque el Alzheimer toca las puertas cada día a personas más jóvenes y esto es motivo de horror.
Es grande estar en el olvido, mañana podrías ser tú o yo. Por tanto si está en nuestras manos hacer algo, manos a la obra, porque es inhumano, monstruoso, abusivo, sentenciar a enfermos y familiares al olvido social y familiar.
Los cuidadores pierden la salud atendiendo a los pacientes, entregando ternura, amor y dedicación a estos seres humanos que andan como sonámbulos, sin pasado, sin presente y sin futuro.
Hablémosles de Dios ahora que pueden asimilar quienes son, porque mañana cuando no puedan recordar quién es Dios, Dios si recordara quienes son ellos y eso nos dará paz en medio del valle de sombras.
Autor Raquel Demorizi
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