domingo, 15 de julio de 2012

Enfermos de alzheimer pueden disfrutar la Navidad en familia



Además de beneficiar al paciente, ya que  estar con sus seres queridos le emociona y resuena con los buenos momentos vividos, compartir las Fiestas es bueno para sus familiares y cuidadores, que comprueban cómo la persona con una alteración neurológica disfruta de la música y el ambiente. Consejos prácticos para que todos disfruten estos momentos.
Cuando tenemos un familiar con Alzheimer, las Fiestas de final de Año representan un momento de emociones encontradas e incertidumbres, para quienes comparten en la intimidad estos días tan especiales con el paciente.

"Para que el enfermo, y sus familiares -y a menudo también cuidadores- puedan disfrutar de la Navidad, no hay que perder de vista algunos hechos clave: que independientemente de la etapa en que se encuentre su dolencia, esa persona está viva, y aunque con determinado grado de merma, piensa, siente, se emociona y tiene derecho a ser parte de estas festividades", señala la psicóloga clínica Marga Marqués, del centro de crecimiento personal Hara (Madrid, España).
 
Por ello, como primer paso, la experta sugiere a los familiares que tengan presente que ni el tiempo ni la enfermedad se detienen, y que hay que aprovechar al máximo la presencia de nuestros seres queridos mientras les tengamos con nosotros, y que "con una actitud positiva, aceptación y amor, las Fiestas pueden convertirse en un momento maravilloso".
"Quienes tienen un pariente aquejado de Alzheimer saben que llegará el momento en que ese ser querido, que sufre un deterioro neurológico y cognitivo progresivo e irreversible ya no los reconocerá. Aquella abnegada madre, hacendoso padre, cariñosa abuela o experimentado abuelo, ya no recordará a sus familiares.
 
Pero esa no es una razón válida para marginarlos de las reuniones y fiestas familiares, sino al contrario", señala la directora del centro Hara.
Según Marga Marqués "cuando se diagnostica la dolencia en una etapa muy temprana, en un estadio en el que se alteran las actividades complejas e instrumentales de la vida cotidiana, necesarias para mantener la independencia y las relaciones sociales, hay que prestar atención a la vida de relación del paciente, animándole y ayudándole a que la mantenga".
 
Compartir actividades, música y afecto
"Además de fomentar las aficiones habituales del paciente y procurar que desarrolle pasatiempos que estimulen su atención y concentración, una de las formas en que la familia puede ayudarle en esta etapa inicial, consiste precisamente en responsabilizarle de las compras cotidianas detallándoselas en una lista, y ayudarle en las compras extraordinarias, como los regalos y ornamentos de la Navidad", aconseja la psicóloga clínica.
Para la directora de Hara "los pacientes que tienen la enfermedad más avanzada y que ya no son conscientes de muchas cosas de su entorno, siempre se darán cuenta del afecto, la cercanía y la calidez de los seres queridos, por lo que hay que intentar integrarlos en las Fiestas".
 
"Una sonrisa, una palabra amable, un gesto afectuoso, un abrazo sentido, una escucha atenta, una mano cálida en la espalda, una mirada tierna o un apretón de manos cariñoso, son gestos que pueden llegar al alma y llenar de gozo el corazón de nuestros seres queridos y enfermos", señala Marqués.
 
De acuerdo a esta experta, "los últimos estudios neurológicos reflejan que la música es el estímulo al que más son capaces de responder los enfermos de Alzheimer, incluso en la etapa más avanzada de su dolencia. Las melodías estimula algún mecanismo dentro del cerebro y al parecer es el que más tiempo perdura en el registro neuronal".
 
"El paciente suele reaccionar positivamente ante la música que escuchaba en su juventud o niñez, y que ahora le sigue causando alegría, tranquilidad y bienestar. Algunos pacientes que ya no hablan pueden sin embargo tararear alguna canción popular que disfrutaron de jóvenes. Es una buena idea buscar la música alegre aunque no estridente de los viejos y buenos tiempos que le gustaba al enfermo para compartirla en las Fiestas", sugiere.
 
"Quienes están en las fases iniciales de la enfermedad es posible que puedan disfrutar de una gran celebración, en la cual participen niños y adultos, pero conviene reflexionar sobre la conveniencia de la presencia del familiar enfermo en tal festejo, pues en algunos casos, es posible que no se sienta confortable ante circunstancias que generan un drástico cambio en su mundo cotidiano", señalan desde la Fundación ACE, del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas (Barcelona, España).
La Fundación ACE, del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, es un centro de referencia mundial en Alzheimer, que dirigen el psicólogo clínico Lluís Tárraga Mestre, y la neuróloga Mercè Boada Rovira, impulsa la comunidad virtual Familia Alzheimer (www.familialzheimer.org) y edita la revista electrónica mensual "Magazín Alzheimer".
 
¿Es mejor pasar la Navidad en casa o la residencia?
"Hay que observar con anticipación el comportamiento de nuestro familiar, analizar si la presencia de personas, música, etc., le altera o por el contrario le alienta", aconsejan desde la Fundación ACE.
"Si el enfermo está en una residencia, es más fácil visitarlo allí. Si se decide llevarlo temporalmente a casa, hay que cerciorarse de que allí se encuentra cómodo, porque es probable que el paciente sienta la residencia como su verdadero hogar, porque vive su cotidianeidad y se siente confortable", apuntan desde ACE.
 
"Si decidimos seguir adelante, es importante planificar bien la celebración, valorando el horario del festejo (es posible que convenga más una reunión matutina que una vespertina o nocturna), estableciendo su duración y evitando excesos que conlleven a alteraciones posteriores de hábitos y estados de ánimo y alteren la rutina del familiar enfermo", aconsejan.
 
"Informar y recordar a nuestro familiar acerca de la celebración e incluso hacerlo partícipe de los preparativos, definir las obligaciones de cada miembro de la familia relacionadas con el enfermo, y escoger la música, la bebida y la comida de acuerdo con sus gustos y posibilidades", son otras recomendaciones clave de ACE.
 
Para que todos -enfermo, familiares y cuidadores- puedan disfrutar de las Fiestas, los expertos de ACE aconsejan preparar actividades o tareas para captar la atención de nuestro familiar sin sobre-estimularlo, implicarle en la instalación del Árbol de Navidad, del Belén o pesebre y demás decoraciones navideñas y en la conversaciones enfatizar los recuerdos especiales y los buenos tiempos pasados con la persona enferma.
 
Para la Fundación ACE, también es aconsejable planificar pequeñas reuniones a la hora del día en que apreciemos que nuestro familiar está más cómodo e interactivo para facilitar su participación en ellas, reduciendo al mínimo el número de personas por visita, y aceptar las ofertas de ayuda para nosotros y el cuidado de nuestro familiar enfermo. "Aunque
sea Navidad, Año Nuevo o Reyes es muy posible que no hayan cambios en su estado, que no nos reconozca, que no veamos su sonrisa o un gesto de aprobación, pero quizá su tranquilidad sea suficiente declaración de confort, el mejor regalo que podemos ofrecerle", señala ACE.
 
La Fundación ACE recomienda tener presente que "aunque ella o él estén perdiendo o hayan perdido su memoria, nos siguen dando un precioso regalo... una parte de sus propios recuerdos, todos aquellos instantes comunes compartidos que debemos atesorar y transmitir con gratitud".


fuente http://www.pe.terra.com/salud/interna/0,,OI5507333-EI5479,00.html

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